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sábado, 6 de noviembre de 2010

A pesar de los esfuerzos


Por haber comprendido
le sonrío a su propia mirada
que hoy vino a despejar dudas
y que me habla con furia de la forma en que continúo estando
donde habitaban auroras escondidas.
En el aire un abrazo planea casi sin fuerzas
en medio de esta cursilería: increíble.
A pesar de los esfuerzos
sus celos son lo único fortalecido.
Y lo de "pronto llegaremos a casa para encontrarnos en la habitación quince minutos más tarde, donde una ronda de mariposas deshojará la rabia, borrará el temor, alejará la tristeza" o "sobre su pecho apoyaré el cansancio de todos los pensamientos, sobre mi espalda descansarán sus manos" es contagio de fantasía.
Lo miro. Mejor dicho, me miro amparada en mi gracia intacta dentro suyo.
A pesar de os esfuerzos
la cursilería aumenta.
Desde un espíritu a punto de explotar
contemplo todo el paisaje
y abro las ventanas, hago entrar el aire
y salgo al camino.
"Y para qué volver", las carcajadas de atrás
no son mías
porque soy respetuosa.


MabelBE

3 comentarios:

  1. Esta es la Bellante! y aquí me encuentro buscando esa ternura mansa... porque tampoco yo quiero volver atrás...y necesito ese aire que acaba con todo y con tanta nada confusa...como siempre Mabel...encuentras las palabras perfectas como puentecitos para llegar el alma de la mujer.

    Besos!

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  2. El aire que entra, el paisaje que se contempla y el camino al que se sale... Tal vez sean buenas razones para no volver.

    Un abrazo

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  3. De qué se trata volver. O no volver. O quedarse detenida por ahí (esto sí que es bien feíto)

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