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martes, 25 de diciembre de 2007

Levedad


Veía abrir la puerta del bar, el vaiven de los pies
que se sucedían. No eran los suyos, se acercaban
lentos, sin esa fuerza característica.
Mientras apelaba a mi parca capacidad de meditación y
como enredada en una telaraña destejida, comenzaba a sospechar
que las pisadas que yo creía pasión apenas revestían
la promiscuidad de un momento olvidable, la puerta
otra vez se abrió.
Por fin y desde el fin llegó. Allí estuvo. Y yo, pegada a la silla
asqueada
preguntándome si podría liberarme
del pasado y del futuro
con un simple acto de presente
que tanto me costaba empezar.
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MabelBE

2 comentarios:

  1. Has conseguido fusionar el tiempo en un instante: el pasado se ha comido el futuro en un presente que le cuesta nacer.....perfecto.
    Gran fuerzo le has dado a tu palabra.
    Un saludo :)

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