.


miércoles, 7 de febrero de 2007

Creatividad y felicidad

El silencio

Cuando los labios duermen, las almas despiertan y empiezan a obrar; porque el silencio es el elemento lleno de sorpresas, de peligros y de felicidad, en el cual las almas se poseen libremente. Hay seres con quienes el más grande de los héroes no se atrevería a callar, y hay almas que, aunque nada tienen que temer, tiemblan de miedo de que ciertas almas las descubran. Nunca se sabe cuál será la calidad del silencio que va a nacer. Si todas las palabras se parecen, todos los silencios difieren, y casi siempre todo un destino depende de la calidad de ese primer silencio que dos almas van a formar. Se efectúan mezclas, no se sabe dónde, porque los depósitos del silencio están situados muy por encima de los depósitos del pensamiento. / El silencio. La inteligencia de las flores. Maurice Maeterlinck.

miércoles, 24 de enero de 2007

Intrínseco

Y ese nihilismo -virus que matiza el dogma con desórdenes de diferentes colores- hace confundir actitudes de justicia con el helio del ego... Pero las carencias no pesan, se habla un idioma con significado extraño, es sólo eso. Un supuesto, un sentido, un sostén, un propósito, se vuelven indiferencia tras el susto por la suceptibilidad moral detonada en el semblante: un estallar de pimpollos. La violencia toma diferentes estados, camaleónica hasta el absurdo mientras se busca escapar de sus abusos, tenue y persistente como el dolor de muelas de la tristeza, consecuencia desgajada de humorismos ahogados en arrogancia, recubierta de oropel como el bufón de alguna parasitaria familia real del pasado, descarnada en la frustración de lo que se decidió no ser, destructiva y negligente apañando a la autoridad de los decretos, en un capullo... Como nos guste más o a cual nos acostumbramos con mayor facilidad, según sea la textura es la estación que rodea, así vivimos, empapados en el lío, respondiendo, recomenzando... Tema con opciones que admiten réplicas infinitas adentro de este mundo.

MabelBE

lunes, 22 de enero de 2007

Heidegger

Hay dos tipos de pensar, cada uno de los cuales es, a su vez y a su manera, justificado y necesario: el pensar calculador y la reflexión meditativa. El hombre de hoy huye ante la última. Se aduce que la mera reflexión pierde utilidad para acometer los asuntos corrientes, siendo demasiado "elevada" para el entendimiento común, que no aporta beneficio a las realizaciones prácticas. De esta evasiva sólo es cierto que el pensar meditativo exige a veces un esfuerzo superior y largo entrenamiento. / Martin Heidegger. Serenidad.